Adviento : tiempo de espera : permanecer alerta, a la escucha, atentos a lo que puede estar pasando, presentes a la Presencia…
Ejercicios concretos para utilizar en la oración personal, en la oración comunitaria, para comenzar la eucaristía o para disponernos a escuchar la Palabra y que nos pueden ayudar a vivir estas actitudes en la oración para que después permeen la vida cotidiana, y también al revés:
- sentado, sentada, con la espalda recta, sobre los dos isquiones, me hago consciente de mi respiración, y a través de la respiración, me voy haciendo consciente de cómo vengo a la oración ( acelerado, triste, cansada, en paz, contenta, apurado… ) . En cada expiración voy dejando salir esos sentimientos, actitudes… y los voy dejando en manos del Señor : (yo estoy así, El se encarga de mí, yo me voy vaciando para que El pueda llenarme). Puedo colocar mis manos en una postura que me haga presente esa actitud : sobre los muslos con las palmas hacia arriba, por ejemplo. Consciente de la respiración, dejo que los pensamientos lleguen, los observo , pero no me agarro a ellos, los dejo irse. hago lo mismo con los sentimientos: los observo , y los dejo irse. Hago lo mismo con las emociones : las observo y las dejo irse… respiro y me dejo en las manos del Señor. Puedo permanecer en este ejercicio unos 5 minutos. Después , lentamente, abro los ojos si es que los cerré, y puedo ahora seguir mi estilo de oración, leyendo la Palabra, oraciones y salmos… o seguir en quietud, recibiendo lo que el Señor quiera darme.
- sentado, sentada, con la espalda recta, sobre los dos isquiones, me hago consciente de mi respiración, y a través de la respiración, me voy haciendo consciente de cómo vengo a la oración ( acelerado, triste, cansada, en paz, contenta, apurado… ) . En cada expiración voy dejando salir esos sentimientos, actitudes… y los voy dejando en manos del Señor : (yo estoy así, El se encarga de mí, yo me voy vaciando para que El pueda llenarme). Después de un par de minutos en esta actitud, fija tu mirada en un objeto de la capilla o del lugar en el que estés : una vela prendida, la luz del sagrario, una imagen… El ejercicio consiste en permanecer con los ojos abiertos, sin pestañear, al ritmo de la respiración, vigilante sobre el objeto, sobre un punto del objeto ( la parte de la llama que está más brillante, por ejemplo ), dejando que el objeto “me hable”.Si los ojos lloran, dejarlos que lloren,, se están limpiando . Cuando tengo que cerrar los ojos, pestañeo brevemente y vuelvo a fijar la mirada sobre el objeto. Permanezco en el ejercicio unos cinco minutos .Después cierro los ojos y permanezco con los ojos cerrados por unos instantes, recorriendo sensaciones, sentimientos, emociones, sin dejarme atrapar por ellas. Lentamente abro los ojos y puedo continuar con el estilo de oración que hago normalmente o permanecer en quietud, a la espera de lo que el Señor quiera regalarme.
- sentado, sentada, con la espalda recta, sobre los dos isquiones, me hago consciente de mi respiración, y a través de la respiración, me voy haciendo consciente de cómo vengo a la oración ( acelerado, triste, cansada, en paz, contenta, apurado… ) . En cada expiración voy dejando salir esos sentimientos, actitudes… y los voy dejando en manos del Señor : (yo estoy así, El se encarga de mí, yo me voy vaciando para que El pueda llenarme). Voy a prestar atención al sonido de mi respiración: para ello con los pulgares de las manos voy a tapar los oídos, colocando el resto de los dedos y la palma de la mano sobre los ojos y simplemente, voy a respirar contando del siete hacia atrás: el sonido de la respiración es como el de las olas del mar. Después de este ejercicio permanezco con los ojos cerrados escuchando los sonidos que soy capaz de captar defuera de donde estoy hasta dentro de mi : fuera de la casa donde estoy, en la casa, en la habitación en la que me encuentro, dentro de mi cuerpo, en lo más hondo de mí… permaneciendo en esa actitud receptiva por un par de minutos en cada lugar. Cuando llego a mi interior permanezco lo más que pueda, atento , atenta a los movimientos que ahí se producen. No trato de adueñarme de lo que pasa, simplemente, observo y dejo en manos de Dios y después, agradezco. Puedo seguir con el tipo de oración que normalmente hago o seguir en quietud y esperar lo que el Señor me quiere entregar.
- Pueden utilizar el ejercicio que hicimos en el encuentro, que implica ir haciéndonos consciente de todo el cuerpo, preparándolo para estar en paz y sin barreras para escuchar al Señor ( lo tienen en la síntesis que les mandamos ).
- También pueden utilizar el ejercicio de las manos en el corazón que les mandamos en la preparación al encuentro.
- Los pueden hacer en silencio o con una música de fondo, como les guste más.
Como ven, los ejercicios están pensados para utilizar nuestro cuerpo y así poder acceder de una manera más gustosa a la Palabra. Y como ven, siempre empiezan y terminan igual. Lo ideal sería que el /la animador/a de la interioridad los utilice primero en su oración personal, para irse haciendo con el ritmo ( pueden acordarse del encuentro : de hecho uno lo hicimos allá ) y acomodarlos a la circunstancia de su comunidad concreta y después, realizarlo en una oración comunitaria. Después se pueden dejar pinchados en algún lugar para que los hermanos tengan acceso y puedan repetirlos en su oración personal, retiro…
Bueno, queridos hermanos y queridas hermanas. espero que les sirva para ponerse a la escucha atenta de la Palabra, como María y dejarse preñar, como ella, de la Buena Noticia.
besos
Toni.
jueves, 3 de diciembre de 2009
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